viernes, 24 de mayo de 2013

Lenguaje claro

Contaré una anécdota:

Hace unos años unos amigos míos, dedicados entre otras cosas a la venta de ropa cara en sus tiendas, se enteraron de la existencia de una fábrica de abrigos de visón de magnífica relación calidad-precio en Sicilia, Italia. Sí, conocido también por ser la cuna de la mafia.

Para allá se fueron y después de revisar la fabricación como el producto procedieron al "protocolo no escrito para empresarios españoles" de cerrar el trato a los postres de una suculenta comida ( este protocolo me parece indignante, pero inevitable como hablar de los toros ) .

Evidentemente a la altura del expreso, ya eran intimos de toda la vida.

Uno de los españoles se atreve a preguntar:

Oye, ¿ precisais de alguna garantía nuestra para enviar el producto ?

Después de una risotada latina el representante de la firma siciliana contesta, en lento italiano que traduzco:

Amigo:

Aquí sólo hay dos posibilidades:

1/ Tu vendes como quieras el abrigo y ME LO PAGAS

2/ No vendes el abrigo y ME LO DEVUELVES

Y NO HAY OTRA POSIBILIDAD.

Después de esta teoría comercial tan simple, la salud de mis amigos es buena y venden muchos abrigos.

Con el relojo del Paseo de la Dirección en las 114 viviendas se puede decir lo mismo:

Aquí sólo hay dos posibilidades:

1/ Dragados entrega el bloque al Ayuntamiento y PAGA y realoja.

2/ Con la única excusa del amueblamiento de cocinas y toma de gas de las mismas ( no realizado ) retrasa formalmente la entrega hasta septiembre y "habla de lo divino como humano con el Ayuntamiento".

Y NO HAY OTRA POSIBILIDAD

A ver si el lenguaje siciliano lo entienden estos empresarios.    

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